Dra. Toñy Castillo. Docente, Aula Hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí,
Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida.
La educación es el pilar donde se interiorizarán los aprendizajes significativos y estos vendrán condicionados por la actitud delante del proceso. Las personas transportamos todas aquellas informaciones que consideramos importantes en nuestro hacer cotidiano y ellas se aplicarán o no, en función de nuestro sistema de necesidades. Hoy nos centraremos en la Educación Diabetológica, como primera necesidad para todas aquellas personas que padecen esta condición, y en el hecho educativo, como base de normalización.
La educación para la salud es: la educación para y por la vida. Es algo más que educación de supervivencia.
Educar en salud es la esencia del tratamiento terapéutico de la diabetes. No es suficiente con introducir dietas, comentar a la persona afectada la necesidad del ejercicio físico y los fármacos: es necesario, básico e imprescindible educar al paciente sobre su patología y motivarlo para que adquiera protagonismo sobre su autocuidado.
Al hablar de diabetes, tomaremos en consideración que es en primer lugar una condición de vida crónica, en la cual las personas han de conocer técnicas que van desde el autocontrol a la alimentación equilibrada, desde el manejo de fármacos a la autoinyección sin obviar los aspectos de higiene, entre otros. Dada la casuística de la diabetes, el éxito de una situación normalizada delante de ella, está en manos de los propios afectados y del seguimiento de todas las indicaciones expuestas por los profesionales especializados.
El tratamiento diabetológico se ha de contemplar como un acercamiento a los pacientes, haciéndose imprescindible la formación continua a lo largo de la existencia. Esta ha de comportar el seguimiento en las nuevas situaciones que se irán produciendo por cambios vitales; no podemos eludir que, al completar la formación inicial, es necesario seguir informando, dando apoyo para evitar el conformismo y el desánimo. Por otro lado, hemos de considerar que puede haber conocimientos que se han de renovar, nuevos métodos procedimentales o simplemente, recordar o incorporar registros en la formación continua y, para todo ello, la figura del educador/a se hace necesaria.
El Aula Hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí del hospital, dentro del equipo de Pediatría, inició un proyecto de colaboración con la Associació de Diabetis de Catalunya (ADC), Delegació de Lleida. En él y partiendo del principio que garantiza la normalización al aula y el retorno escolar, se realizaron propuestas innovadoras en la mejora de la atención del paciente bajo la supervisión de la Inspección Técnica de Enseñanza y la ADC Delegació de Lleida, dando forma al documento marco: “Modelo de atención de los niños con diabetes en el ámbito escolar para dotar a profesores, padres y centros educativos de herramientas para conocer la condición de diabetes”. Tanto es así que, desde el Departament d’Educació, se ha podido apoyar a las necesidades suscitadas al debut.
Hay que decir que el Aula Hospitalaria tiene un papel activo dentro del equipo de Pediatría y en colaboración con la ADC.
¿Qué hacemos delante de un niño que debuta y asiste al Aula Hospitalaria?
• Trabajo coordinado con el equipo médico sanitario.
• Evaluación de las necesidades que presenta el niño en función de su edad, contexto familiar y estado emocional y atención de las mismas por las personas que forman equipo dentro de la planta pediátrica.
• Valorado el diagnóstico y realizada la entrevista por parte del médico facultativo a los padres, se inicia el proyecto “Nosotros y la Diabetes” en función de la edad del niño. En el caso de un niño con edades infantiles, trabajaremos la Colección “La Sonrisa de Arnau” de manera coordinada con los padres y el equipo multidisciplinar.
• Se concreta con la dirección del centro donde estudia el alumno, la conveniencia de realizar actividades de formación al profesorado. Si es preciso realizar un servicio de acompañamiento puntual/extraescolar, en caso de alumnos no autónomos o inicio del debut, el centro educativo se pondrá en contacto con el ADC Lleida que facilitará un monitor de acompañamiento.